Manuel Navarro Luna, manzanillero por adopción y convicción propia, fue un poeta enérgico, desarticulado, rebelde y valiente. Con su poesía de corte social trascendió las fronteras de la Isla y vuelto llama se convirtió en un genuino portavoz de las mejores causas de nuestro pueblo.
Cómo no recordar entonces hoy su canto enérgico a los héroes y mártires de la Patria; a Santiago de Cuba y Mariana Grajales, a José Martí y Antonio Maceo; a la gesta libertadora del 26 de julio.
26 DE JULIO
¡No fue sino la sangre encadenada,
con sus cobres viriles,
la que golpeando troncos de fusiles
entró en los muros del cuartel Moncada!
¡No fue sino la sangre encadenada...!
¡La heroica, la tremenda muchachada bravía,
al golpear la afrentosa tiranía
el 26 de julio, se echaba a la contienda
contra el oprobio cuento que cubría
hasta la piedra oscura...! ¡Y una senda
de dignidad y redención abría!
¡Y era la sangre joven que moría!
(...)
Manuel Navarro Luna
julio, 18 de 1962
Por Angel Larramendi Mecías.
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